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Quico El Hombre Lobo ( Vida y Pensamientos)

Beso....

Beso....

No sé si sabes, que he procurado besarte sin involucrar en el beso otra cosa que no sean los labios, que trato cada vez que lo hago de amordazar mi corazón y ponerle a mis manos un grillete para no amarte ni brindarte la caricia que deseo hacer volar por tu piel, cuando el beso es apenas un punto y seguido.
Cierro mis ojos porque no quiero mirar los tuyos, que también cierras para no hacer la mecánica del beso un hecho notorio. Es que ya no te siento; algo sucede. Es como si besarte estuviera escrito en alguna parte con una firma al pie en señal de fría aceptación, o sobre una hoja en blanco que hoy me niego a seguir refrendando. 
Algo ha sucedido que no puede seguir presente entre nuestras bocas. Me pregunto si tal vez hemos pronunciado palabras que amargan el sabor de nuestros besos o hemos dejado escurrir las verdades entre una suerte de mentiras blandas que con el tiempo han endurecido nuestras realidades. Será que el beso merece ser reinventado, para evitar que las bocas se conviertan en predecible rutina, o será que el tiempo va transformando los besos y las ansías y el fin llega sin que ninguna de las partes quiera asumir su parte de culpa en el beso malogrado.
Donde antes reinó la supremacía del beso deseado hoy reina la decadencia del beso acostumbrado, ese beso frío, conveniente y convencional que tiene más de social que de sentido. 
Respóndeme tú, parando el beso que se aproxima y escucha en la silenciosa voz que circunda tu mente la respuesta. Así sabrás por qué se detenía antes el reloj cuando nuestros labios se encontraban jugando entre un dulce jadeo sin tiempos y hoy tan sólo rebotan contra una pared de dos labios que se niegan a darse por completo. 

por Celeste 

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